Es un restaurante italiano situado a orillas del río Duero, en la localidad burgalesa de Aranda de Duero. Se puede degustar pizzas, pasta, risottos... es decir, lo típico de la comida italiana. El único problema es el servicio, fuimos sin reserva y tardamos mas de quince minutos en que nos preparan la mesa, cosa que no es un inconveniente a no ser que esté casi vacío, como ocurrió en esta ocasión.
La calidad precio es aceptable. En cuanto mejoren la rapidez del servicio será un sitio para recomendar.
En verano, puedes comer o cenar en la calle, mirando al parque y al río, por lo que parece que estas en el mismo campo.
Buen sitio para ir con amigos o con tu pareja, y se puede compartir la comida, o simplemente comer tu propia petición.
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